Ahora que pasamos de terremoto a comida, sigamos la veta con algo de la zona que aunque siendo probablemente mi plato favorito, no había figurado en este blog, probablemente porque una cierta cotidianidad me lo había ocultado.
Gracias al primo Eugenio -que pidió la receta- saltó a la notoriedad en el círculo casero y de ahí a la consideración de que las pequeñas cosas, así como las personas "piolas", se olvidan en el balance de lo que va armando nuestra dicha diaria.
Para reparar esta desconsideración, va la receta, sin muchos detalles, para que lo intenten y regulen a gusto, creación y experimento.
En un sartén o wok, freir media cebolla cortada a pluma en aceite (o manteca de chancho) con orégano, comino, ajo machacado y sal. Agregar luego una taza de agua con un cubo saborizante de carne o pollo y darle un hervor. Agregar revolviendo, harina tostada hasta que tenga una consistencia parecida al puré de papas. Servir con un huevo frito a caballo.
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